25 cosas que ya sabes del Reino Unido (si has vivido alguna vez allí). Parte 1
- 12 noviembre, 2012
- Publicado en Antonio Parejo
- Categoría Consejos, Curiosidades,
Los ingleses son los naturales de Inglaterra. Los naturales de Gales, de Escocia y de Irlanda del Norte no son ingleses, sino –respectivamente- galeses, escoceses e irlandeses (del norte). Lo que sí puedes llamarles a todos ellos es británicos.
En el Reino Unido también hace sol y calor. Puede que su período de calor dure dos semanas, una, o cuatro días, pero haberlo haylo. Esporádicamente puede que salga un día poco nublado. Entonces todo el mundo sale a la calle a aprovechar los pocos rayos de sol que se cuelan entre las nubes. Si llevas algún tiempo viviendo en las islas británicas tú puedes ser uno de ellos.
No importa cuánto frío haga. Una inglesa que vaya de fiesta siempre irá más desnuda que vestida.
No importa de qué material esté hecho el firme sobre el que pisan, pero la probabilidad de que una inglesa se descalce en plena calle siempre tiende a uno. Y quien dice en la calle dice en cualquier otro sitio: en la acera, en pleno asfalto, en el parque, en la discoteca, en el pub.
Los taxis en el Reino Unido no se cogen; se llaman por teléfono. En España tú ves un taxi a las 4 de la mañana, enseñas la mano y el taxi para. En Inglaterra tú no paras al taxi: el taxi te para a ti. Previamente tienes que haber llamado a la central de taxis, decir dónde estás, dónde quieres ir y tu nombre. Cuando el taxi llega, el conductor pregunta tu nombre y ya está. No tienes ni que repetir la dirección porque él ya la lleva en su GPS. ¿Lo malo? Pues que si no tienes el número de la compañía de taxis tienes un gran problema.
No es lo mismo llamar a un móvil que llamar a un fijo. Los móviles tienen un prefijo, los fijos otro. O no, no lo sé, porque después de tanto tiempo sigo sin aclararme. Además si llamas desde un móvil tienes que poner un prefijo, y si llamas desde un fijo tienes que poner otro. O tampoco. Para mí los números de teléfono del Reino Unido (y en este caso también los de Irlanda) son un misterio que la ciencia aún no me ha sabido explicar. Lo mejor es que este curioso sistema no viene explicado en ningún sitio. Siempre que veas un número de teléfono en prensa o en publicidad aparece sin prefijos. ¿Por qué? Pues porque los británicos ya tienen esta información impresa en su código genético. Es una bonita aventura pedirles que te expliquen cómo llamar por teléfono: todos saben hacerlo pero nadie sabe explicar cómo, sobre todo a alguien que no es británico. Ejemplo: en Plymouth el número de la compañía de taxis es el 222222. Intenta llamar desde un móvil: nanai; necesitas ponerle un prefijo extraño. Intenta llamar desde un fijo: si estás dentro de la ciudad no hay problema, pero como te salgas de los límites municipales más te vale que sepas cuál es el prefijo, o tienes un gran problema.
En el Reino Unido se conduce al revés, las señales son distintas y muchas de ellas son simples letreros con palabras o frases cortas. Curiosamente nuestro carné de conducir es válido en las Islas Británicas aunque no sepamos una sola palabra de inglés y aunque la única vez que hayamos conducido al revés haya sido en el parking del Carrefour.
En el Reino Unido no hay trenes cutres. El peor tren en el que te puedas subir le pega veinte vueltas a cualquier Larga Distancia en que te puedas subir en España. Asientos anchos, extra cómodos, reclinables, amplios, con bandeja extensible, servicio de cafetería (en el vagón de cafetería) y de cátering (venta de comida y bebidas con carrito). Además cada 20 minutos pasa un empleado con una bolsa recogiéndote los papeles y los envoltorios. No, no es que no haya papeleras, es que pagan adrede a varios empleados para que hagan ese trabajo. ¿No es increíble? Pues atención, porque pagan a otro sólo para que limpie los lavabos. Eso es especialización y lo demás son tonterías. El tren más destartalado del Reino Unido tiene su enchufe para cada asiento. Electricidad buena, limpia, gratis. Da igual que hagas un viaje de 4 míseras libras o que te dejes 150 cucas: tú tienes tu enchufe para meter ahí lo que te dé la gana. Como si quieres enchufar una tele y la PlayStation 3 . Tu enchufe es tuyo. Ahora poneros a buscar un enchufe en un tren español. ¡Acabáramos!
En el Reino Unido no está permitido el botellón, pero se puede beber cerveza en la calle, en el cine, en el teatro y en el tren. ¿Explicación? Botellón (para algunos esta palabra es una perversión de botellona pero no seré yo quien entre en esa discusión) para nosotros significa beber en compañía en la calle por cuatro duros con ánimo jocoso y festivo. Beber cerveza no tiene por qué significar eso. Beber cerveza es tan natural en las islas británicas como beber agua a las 2 de la tarde en agosto en medio de un parque sin árboles en España: es una necesidad. Así, cuando caminas por un parque te cruzas con gente bebiendo una pinta de cerveza (en lata), o cuando vas al teatro tienes por vecino a una pareja de amigos que se han metido en el cuerpo 3 pintas cada uno, o cuando vas en tren el servicio de cátering vende pintas como quien vende paquetes de pipas de 5 duros. Lo bueno: que tienes la excusa perfecta para mejorar cualquier situación en la que estés. Lo malo: que a la tercera o cuarta pinta la gente empieza a dejar de ser gente. Bueno, a la tercera o cuarta para nosotros; para ellos tienen que pasar muchas más porque tienen una resistencia al zumo de cebada que no es normal.
En el Reino Unido no tienen comida típica. Nunca han sabido explotar un plato típico, totalmente identificativo que los represente en el extranjero o en el condado vecino. La única variedad gastronómica que encontraremos se halla en el pasillo de salsas del supermercado. Como nunca se han preocupado de explotar el turismo, nunca han experimentado, buscado y ensalzado un plato o receta típica que los identifique con respecto a otros lugares. Por eso cuando tienes hambre lo más típico cuando vas de turismo por el Reino Unido es entrar en el supermercado y comprarte un sándwich por 2 libras. Es barato, es simple y seguramente sea lo más sano que comas en todo el día.
En el Reino Unido el chocolate es más barato que el agua. En el Reino Unido el chocolate está declarado como artículo de primera necesidad. En el Reino Unido la gente consume tanto chocolate que viéndolos comer te dan verdaderos empachos. Y, amigos míos, en el Reino Unido hay tanta variedad de sabores de chocolate y chocolatinas que desearías poder reciclar la sangre para poder comer más chocolate y que no te diese un ataque al corazón. De todos los colores, de todos los sabores, de todos los tamaños y diseños y de todos los precios: chocolate por todas partes, a todas horas, para todo el mundo. Y barato, muy barato. Las chocolatinas (Twix, Mars, Snickers) no se compran por unidades, sino en bolsas de 5. Y con las bolsas de 5 hacen precios especiales de manera que la segunda bolsa te sale casi regalada . Maldito colesterol, malditos triglicéridos y maldita dieta mediterránea : todo a tomar por culo. Yo te maldigo, Cadbury.
En el Reino Unido no llueve de arriba abajo: llueve de lado, y en ocasiones de abajo a arriba. Y aunque esto parezca sacado de una escena de Forrest Gump es la verdad más grande que nadie os pueda contar sobre la meteorología británica. ¿Te vas de viaje a Inglaterra y te llevas un paraguas? Déjatelo en España; sólo te va a ocupar espacio en la maleta (y peso). En Inglaterra los paraguas no sirven para nada. Existen, los puedes ver, los puedes comprar, pero no sirven para lo mismo que en España. ¿Por qué? Ya lo he dicho al principio de este punto: porque en el Reino Unido no llueve de arriba abajo, sino de lado y a veces de abajo arriba. Puede que no te lo imagines, puede que no te lo creas. Puede que alguien que haya estado te haya dicho: joder, toda la semana lloviendo; no nos despegamos del paraguas. Lo que no te han dicho es que por muchos paraguas que llevaran, se mojaron igual. Y eso si tuvieron suerte y no se les rompió, porque el principal problema de la meteorología británica no es la lluvia, sino el viento. La llovizna más insignificante se convierte en una lucha del hombre contra la naturaleza por culpa del viento. Y contra ello no hay paraguas que valga. Lo más normal es que de una ráfaga se te quiebren algunas varillas y tengas que abandonarlo en una papelera (eso si no se te va volando). Los ingleses ya están acostumbrados: pocos he visto que usen paraguas. De hecho, la lluvia no les suele molestar. Pero el viento… ese es otro cantar. Entonces, ¿cuál es la solución al problema de la lluvia? Chubasqueros, impermeables, abrigos con capucha y si son resistentes al agua mejor. Los veréis en todas las tiendas y supermercados. Los impermeables son baratos: por 2 ó 3 libras tienes uno bien majo amarillito, rojo vistoso o azul chillón, imprescindibles para que te vean los demás (sobre todo si vas en bici).
Extraído de “Reflexiones gratuitas de un neofilólogo”